El arte contemporáneo no es ajeno a la controversia, y en ocasiones su evolución parece hasta rozar la parodia. No obstante, una obra que a simple vista resulta absurda puede alcanzar precios desorbitados. Este es el caso de una singular historia que remonta sus orígenes: un plátano adherido a una pared con cinta adhesiva.
Lo más intrigante de esta peculiar obra es que ha logrado dos objetivos: provocar un encendido debate sobre lo que se considera arte (siempre hay defensores y detractores del “arte moderno”) y convertirse en un lucrativo negocio. ¿Realmente tienen futuro estas excentricidades? A la vista de los resultados, es un tema que merece ser tomado en serio.
El plátano con cinta adhesiva: la otra perspectiva del arte
En diciembre de 2019, un plátano ordinario pegado a una pared con cinta adhesiva provocó un revuelo en el mundo del arte. La obra, titulada Comedian, fue creada por el artista conceptual italiano Maurizio Cattelan y presentada en la renombrada feria Art Basel Miami Beach. Lo que inicialmente parecía una burla absurda, rápidamente se transformó en uno de los debates artísticos más destacados.
La pieza Comedian es, en esencia, exactamente lo que parece: un plátano sujeto a una pared con un trozo de cinta adhesiva gris. Cattelan, conocido por su enfoque provocador y creativo, utilizó este simple gesto como una forma de cuestionar el valor del arte convencional. Sin embargo, lo verdaderamente asombroso no era la obra en sí, sino su precio: 120.000 dólares por cada una de las tres ediciones que existían.
¿Y qué sucedía con el plátano? No incluía instrucciones de conservación, lo que claramente significaba que, en poco tiempo, se marchitaría irremediablemente. No obstante, los compradores recibieron un “certificado de autenticidad” y la opción de reemplazar el plátano cuando lo consideraran oportuno. Fue un acto de colaboración en la obra.
Si esto no era ya lo suficientemente surrealista, durante la feria, otro artista, David Datuna, separó el plátano de la pared, lo peló y se lo comió delante del público. Datuna tituló su actuación Art Performance: Hungry Artist (Artista hambriento) y afirmó que su acción también formaba parte del arte. Las redes sociales, por supuesto, no tardaron en difundir la noticia.
Una ¿broma? De 6,2 millones de dólares
Curiosamente, la historia de este plátano sigue presente. O ha concluido de la manera más inesperada. En una subasta reciente llevada a cabo esta semana en Nueva York, la obra se vendió por la asombrosa cantidad de 5,2 millones de dólares (sin contar el millón adicional por las comisiones de la casa de subastas).
La puja comenzó en 800.000 dólares y fue ascendiendo hasta alcanzar la cifra mencionada. Este evento demuestra una vez más que el arte, aparentemente, no solo depende del talento del artista, sino también de las numerosas circunstancias que rodean a una creación, por insólitas que sean.
