La relación se tensa entre los reguladores de la UE y Meta, la compañía matriz de Facebook, dado que ha comunicado que no introducirá sus futuros modelos de IA multimodal en la Unión Europea debido a lo que describen como la “incertidumbre del entorno regulatorio europeo”.
En contexto, los modelos multimodales que luego se implementan en chatbots como ChatGPT tienen la capacidad de razonar utilizando vídeo, audio, imágenes y texto, y Meta tenía planes de integrarlos en diversos productos, incluyendo teléfonos inteligentes y sus gafas inteligentes Meta Ray-Ban.
No obstante, la empresa señala que los problemas, obstáculos y, sobre todo, la falta de transparencia sobre cómo se pueden entrenar y emplear estos modelos en la UE bajo el Reglamento General de Protección de Datos la han llevado a tomar esta decisión. Esto fue lo que Meta comentó:
“Lanzaremos un modelo de IA multimodal próximamente, pero no en la UE debido a la incertidumbre del entorno regulatorio europeo”.
Meta dice adiós en Europa por ausencia de normas claras
Además de esta novedad, parece que la determinación no se produjo de manera inmediata y se muestra que Meta ha tratado de dialogar con los reguladores de la UE.
“El problema radica en la falta de apoyo por parte de ellos, mientras se queja, por otro lado, del trato preferencial que sí reciben otras empresas como Google y OpenAI, las cuales ya están entrenando modelos de IA multimodal con datos europeos”.
A pesar de que pueda parecer un asunto sin mayor relevancia, es importante mencionar que los modelos que Meta está desarrollando son de código abierto y puede que esta sea la raíz del conflicto. Básicamente, este es el enfoque de negocio que Meta ha adoptado en el ámbito de la inteligencia artificial, permitiendo que cualquier persona pueda modificarlo y mejorarlo.
No obstante, si los modelos están disponibles para todos, incluso para individuos con intenciones poco éticas, existe la posibilidad de que se modifiquen o utilicen de modo contrario a las normativas. Al parecer, esto se escapa de las manos de la UE. En resumen, el terreno no está del todo asegurado y su control se vuelve más complicado.
Esta decisión de Meta perjudica principalmente a las empresas europeas que no tendrán acceso a estas herramientas, lo que podría dejarlas rezagadas en la competencia por desarrollar nuevas tecnologías de IA. Vale la pena resaltar que la falta de claridad normativa en la UE es un inconveniente real y Meta parece no querer participar en ello.