A pesar de haber disminuido en los últimos años, cada mes aún hay decenas de miles de usuarios que optan por cambiar su servicio de fibra y/o móvil a otro operador mientras mantienen su número. Es lo que se conoce como portabilidad.
Este proceso puede resultar muy beneficioso económicamente a largo plazo, aunque también puede traernos algunos inconvenientes a corto plazo, como quedarnos sin conexión por más tiempo del que habíamos anticipado. Esto lo he podido comprobar de cerca con dos situaciones recientes.
Atención con los días laborables
Según la Ley General de Telecomunicaciones de 2022, el cambio de operador manteniendo el número (portabilidad) debe llevarse a cabo en un plazo de un día hábil (de lunes a viernes). Sin embargo, el proceso desde que se solicita hasta su efectividad suele tomar 48 horas, tanto para líneas móviles como fijas.
Cuando se trata de cambios dentro de la misma red (como Movistar/O2, por ejemplo), el tiempo suele ser menor, pero en algunos casos podría implicar quedarse sin conexión por más de 24 horas. Si la instalación requiere la visita de un técnico al domicilio, el tiempo puede extenderse entre tres y siete días laborables.
Esto es lo que dice la teoría, pero en la práctica no siempre se cumple. Yo misma lo experimenté recientemente al realizar la portabilidad de una línea móvil de Vodafone a Movistar. La solicitamos un miércoles por la tarde y nos indicaron que, casi con seguridad, se llevaría a cabo durante la madrugada del jueves al viernes.
El plazo máximo por defecto para realizar la portabilidad del número es de un día hábil desde que se da el consentimiento para llevarla a cabo
¿Qué sucedió? Vodafone decidió cortar la línea en la mañana del viernes, y esa misma tarde, Movistar comunicó a mi familiar que la efectividad de la portabilidad se pospondría a la madrugada del domingo al lunes. En total, casi tres días sin línea debido a un detalle muy simple: había un fin de semana de por medio. Y los operadores siempre enfatizan lo de días hábiles o laborables.
Otro ejemplo es el de mi compañera Ana, quien realizó una portabilidad de fibra y móvil de Simyo a Digi
El cambio en la línea móvil fue ágil, pero el de la fibra se retrasó considerablemente porque, como mencionamos antes, era necesaria la intervención de un técnico en su hogar. Y no solo uno, sino tres técnicos diferentes.
Primero, uno de Digi fue a comprobar si había disponibilidad de fibra Smart en su casa, y resultó que no. Luego, uno de Movistar fue a realizar la preinstalación (momento en el que quedó sin internet), y finalmente, otro de Digi se encargó de instalar el router. Entre la visita de estos dos últimos, transcurrió casi una semana, durante la cual mi compañera tuvo que recurrir a compartir datos desde su móvil para poder teletrabajar. Toda una odisea.
He descrito dos situaciones, pero conozco muchas más. De hecho, las demoras en las portabilidades son una de las quejas más comunes. Mi recomendación es solicitar la portabilidad un lunes o un martes, lo más alejado posible del fin de semana, confirmar todos los plazos durante la solicitud y tener preparado un “plan B” por si hay retrasos adicionales, especialmente si la instalación requiere más pasos.