Después de una extensa planificación, el Apple Park abrió sus puertas a los trabajadores de la empresa en 2017, pero previo a ese momento la sede principal de Apple se encontraba en las oficinas más tradicionales de la avenida Infinite Loop de Cupertino. Fue en ese lugar donde Steve Jobs impulsó a la compañía con los iMac, los iPod, los iPhone y los iPad junto a su equipo de ingenieros, diseñadores y desarrolladores.
Es por eso que en esas oficinas hay algo que apenas ha sido alterado desde el fallecimiento de Steve Jobs en 2011: su despacho. Ampliamente valorado por muchos y temido por algunos empleados, la oficina del CEO de Apple se ha convertido en una suerte de recinto intocable por el transcurso del tiempo. Incluso Tim Cook no ha querido cambiar esta situación.
Un despacho que ha quedado congelado en el tiempo
El actual CEO de Apple mencionó en una entrevista concedida a Fast Company en 2015, al ser cuestionado sobre un cartel de Steve Jobs junto a su oficina. La curiosidad surgió en el entrevistador y Tim Cook fue sincero en su respuesta: todavía no había decidido qué hacer con dicho despacho, por lo tanto, no había intervenido en absoluto.
Las únicas veces en que alguien ha ingresado a ese despacho han sido cuando la familia de Jobs ha visitado las oficinas de Infinite Loop. En varias ocasiones, Laurene Powell-Jobs acudió para recoger algunos dibujos familiares que estaban en su escritorio. Tim también mostró la oficina a una de sus hijas, Eve, para que pudiera ver algunos dibujos que ella había hecho años atrás en una pizarra ubicada dentro de esas cuatro paredes.
Más allá de las visitas familiares para observar o recuperar objetos, Tim sigue sin realizar cambios en ese espacio. Con sus palabras:
“Inicialmente, evitaba entrar. Era demasiado. Ahora aprecio hacerlo, aunque no es algo frecuente. No tengo claro qué haremos con ese despacho, no tengo una respuesta. No deseaba ocuparlo, Steve es insustituible y no sería correcto alterar ese despacho. Su computadora permanece allí, su escritorio se mantiene inalterado y hay algunos libros encima. […] No lo sé. Su nombre debería seguir en esa puerta. Ese es el enfoque correcto“
Este gesto refleja el gran respeto por el legado de uno de los líderes tecnológicos más reconocidos a nivel mundial. En definitiva, nos referimos a un lugar al que muy pocas personas han tenido acceso y, en la actualidad, aún menos. Sería interesante poder abrir ese Mac y explorar el escritorio del propio Steve Jobs, su método de organización de archivos y las aplicaciones que solía utilizar. Sería un análisis fascinante con la perspectiva actual.