Estrategias económicas para calentar el hogar en los fríos países europeos sin estufas

Ya estamos en pleno invierno y, en mi ciudad, al igual que en otras regiones de España, enero y febrero son considerados los meses más fríos del año. Es el momento ideal para protegerse del frío, tanto en exteriores como en el hogar. Afortunadamente, esto no necesariamente implica un incremento en los gastos de calefacción, ya que existe la posibilidad de mantener el confort con un consumo energético vigilado.

Además de utilizar sistemas tradicionales como calderas, radiadores, bombas de calor o estufas, la clave para conservar el calor radica en adoptar medidas pasivas. Los países nórdicos son maestros en este tipo de estrategias, maximizando las ventajas que ofrece un aislamiento eficiente. Si estas técnicas son efectivas en climas de temperaturas extremas, su implementación en naciones como España puede ofrecer resultados sorprendentes y muy positivos.

No pasar frío por menos de dos euros

Foto de RDNE Stock project

En los países nórdicos, donde los inviernos pueden alcanzar temperaturas extremas de hasta -30°C, además de implementar sistemas de climatización avanzados, como la aerotermia y las bombas de calor (en los que son auténticos expertos), también utilizan métodos tradicionales. Sin embargo, destacan por buscar alternativas sostenibles y económicas para mantener sus hogares cálidos.

Con edificaciones que priorizan un aislamiento térmico eficaz, los habitantes de estas áreas han ideado estrategias ingeniosas y de bajo costo para mejorar aún más el aislamiento del hogar. Uno de los métodos más comunes se centra en proteger una de las zonas más vulnerables al frío y a la pérdida de calor: las ventanas.

La finalidad es optimizar el aislamiento del hogar utilizando capas que ayuden a mantener una temperatura constante entre el exterior e interior. Para lograrlo, solo se precisan dos materiales económicos y accesibles: plástico de burbujas y un poco de agua.

El proceso es sencillo: corta el plástico de burbujas a medida para el cristal, rocía agua sobre la superficie de la ventana y coloca el plástico, asegurándote de que la parte lisa esté en contacto con el vidrio, presionando levemente para que se adhiera. Para que sea eficaz, el plástico debe permanecer fijado a lo largo de todo el invierno y, si se despega, es necesario volver a aplicar otra capa de plástico.

La capa de aire contenida en las burbujas forma una barrera térmica efectiva que evita la entrada de frío y la fuga de calor, permitiendo mantener la casa caliente sin necesidad de encender la calefacción.

Otras medidas clásicas y baratas

Además de este truco, existen muchas otras medidas, algunas muy simples y evidentes que se pueden implementar para mantener la casa a una temperatura óptima y confortable.

Entre las estrategias prácticas, económicas y sostenibles para conservar el hogar cálido durante el invierno sin depender excesivamente de la calefacción se puede aprovechar la luz natural y la radiación solar, generando un efecto invernadero al mantener las persianas levantadas y las ventanas cerradas durante las horas de mayor incidencia solar.

También es recomendable ventilar brevemente por las mañanas y sellar no solo las ventanas, sino también las puertas utilizando burletes, para prevenir fugas de calor. Asimismo, cerrar las puertas de las estancias que no se utilizan contribuye a concentrar el calor en las áreas habitadas, mejorando la eficiencia térmica.

Otros métodos que podemos implementar incluyen el uso de alfombras para mitigar la sensación de frío en el suelo, especialmente en aquellos espacios con suelos poco aislados, así como la elección de ropa adecuada para el invierno, lo cual permite mantener el calor sin necesidad de incrementar la calefacción. También se puede recurrir a cortinas oscuras para invierno, utilizar bolsas de agua caliente o acumuladores eléctricos, todo con el objetivo de disminuir el consumo energético sin sacrificar el confort.