No es necesario ser un experto en feng shui para reconocer que la disposición de tu dormitorio puede influir significativamente en la calidad de tu sueño y en la seguridad durante la noche. Sin embargo, esto no se limita a esos aspectos. La mayoría de los especialistas coinciden en que es preferible dormir con la puerta de la habitación cerrada en lugar de tenerla abierta.
Es probable que haya quienes opten por dormir con la puerta abierta, especialmente en verano para combatir el calor o para evitar una sensación de claustrofobia que a menudo experimentan muchas personas. Sin embargo, existen varias razones que justifican no solo cerrar la puerta del dormitorio, sino también las puertas de toda la vivienda.
Razones para dormir con la puerta cerrada
Una de las razones más importantes, aunque no la única, es la protección que ofrece en caso de incendio. Según la Asociación Nacional de Protección contra Incendios (NFPA, por sus siglas en inglés), mantener las puertas cerradas puede ralentizar la propagación del fuego, así como del calor y el humo, proporcionándote tiempo para evacuar si es necesario.
Investigaciones del UL Firefighter Safety Research Institute han demostrado que las puertas cerradas reducen de manera significativa la entrada de monóxido de carbono y otros gases tóxicos en un dormitorio durante un incendio. Adicionalmente, la temperatura dentro de una habitación cerrada puede ser hasta 10 veces más baja, lo que aumenta las probabilidades de supervivencia.
No obstante, los incendios no son la única preocupación. El ruido representa uno de los principales obstáculos para conciliar el sueño. Cerrar la puerta contribuye a bloquear o al menos disminuir los ruidos que provienen de otras áreas de la casa o del exterior, como los electrodomésticos, la televisión de alguien que permanece despierto o el tráfico.
La privacidad también es un beneficio considerable al cerrar la puerta al dormir, en especial si compartes tu hogar con otras personas. Este simple acto fomenta una sensación de separación y seguridad, lo que facilita la relajación y desconexión. Esto es especialmente relevante en la actualidad, cuando vivir solo (o incluso con pareja) representa un desafío económico considerable.
Cerrar la puerta para conservar energía
Cualquier especialista en el sueño te dirá que la temperatura es esencial para un descanso adecuado. Si sientes frío o calor, te resultará más difícil dormir bien. Mantener la puerta cerrada ayuda a regular la temperatura del dormitorio, especialmente si utilizas calefacción o aire acondicionado, lo que permite que el ambiente se mantenga más estable durante la noche.
Además, desde un enfoque práctico, también contribuye al ahorro energético, ya que previene corrientes de aire y pérdidas de calor. Esto implica que tu sistema de climatización no tendrá que trabajar tanto.
En conclusión, dormir con la puerta de tu habitación cerrada puede ofrecer múltiples ventajas. Incluso si al principio no te convence la idea, es recomendable que lo pruebes. Al final, uno se acostumbra a cualquier cosa.